Desert

Instal·lació art tèxtil
Del 14 de març al 31 d’abril 2025
Innauguració: Divendres 14 de març 2025 a les 19 h
[A]parador de la Llibreria 22, carrer les Hortes (passatge), 17001 Girona

(ESP más abajo)

Desert és una instal·lació que traça un diàleg subtil i profund entre el temps i el silenci, entre la memòria i el futur. Una línia invisible que uneix dos horitzons: el passat, arrelat a la terra i ple d’història i simbolisme, reflectit en les restes d’una antiga alforja de les tribus Qashqai, aquells nòmades que solcaven els camins pedregosos dels monts Zagros, des del Caucas fins al sud de l’Iran, a lloms de camell, portant amb ells la saviesa ancestral teixida amb fils de temps, i el futur, sempre incert i expectant, com un llenç blanc que espera, pacient, les paraules d’una nova història.

Aquesta instal·lació convida a contemplar dues realitats fetes del mateix material, una fibra humil i poderosa que parla de tradicions gairebé oblidables i de possibilitats encara per descobrir. D’una banda, la matèria antiga, marcada pel pes dels dies i les mans que la van treballar, testimonia un passat on la funcionalitat era cultura i llenguatge i les textures, poesia. De l’altra, el mateix material es desplega com una promesa: un territori verge, blanc, nu, encara sense escriptura, oferint-se a ser explorat, manipulat i reinventat.

En les últimes dècades, la llana sembla haver perdut el seu lloc al món modern, relegada a les ombres d’un progrés que sovint oblida les seves arrels. Tanmateix, avui reneix amb una veu nova i contundent, reivindicant el seu potencial creatiu i sostenible. Desert ens recorda que, entre les fibres del passat i les possibilitats del futur, hi ha un present ple d’intencions, on l’art i la tradició es donen la mà per crear un espai on herència i innovació ballen juntes.

Desert vol ser més que una instal·lació; vol proposar una meditació sobre el temps, com una invitació a redescobrir el valor del que és antic per projectar-se cap a un món ple d’infinites possibilitats.

Entrevista a Mediterráneo, Radio 3 amb Pilar Sampietro
https://www.rtve.es/play/audios/mediterraneo/buranuna-cancion-arcilla-paraiso-13-04-25/16538703/

Nota de premsa a Revista Bonart
https://www.bonart.cat/ca/n/45175/el-desert-dolga-sola

ESP

Reflexiones sobre DESERT

Desert es una pausa. Una invitación a parar, a escuchar el silencio y a sentir el tiempo. Es un espacio entre lo que fuimos y lo que aún no sabemos que seremos. Una especie de puente tejido con memoria, materia y posibilidad.

Representa la conexión entre pasado y futuro a través del contraste. Por un lado, una alforja antigua, cargada de historia. Por otro, lana blanca, sin trabajar, completamente abierta a la imaginación. Son como dos voces que se miran: una que recuerda, otra que sueña.

Simbolismo de la alforja Qashqai

Esta alforja es una cápsula del tiempo. No es solo un objeto: es la memoria de unas manos, de un camino, de una forma de vivir conectada con la tierra. Es un relato sin palabras que ha sobrevivido al paso del tiempo, y ahora vuelve para hablarnos. He mantenido y subrayado un agujero fruto del uso y desgaste, como una pequeña ventana abierta al pasado.

Estas alforjas tejidas a mano son un elemento distintivo de las culturas nómadas de la zona. Estas bolsas no eran simples contenedores, sino verdaderas obras de arte que combinaban funcionalidad y expresión cultural.

Así encontramos la alforja como símbolo de memoria y funcionalidad

Funcionalidad: Las alforjas servían para transportar objetos cotidianos (alimentos, herramientas, lana…) durante las largas travesías. Su estructura resistente y práctica reflejaba la necesidad de un estilo de vida móvil.

Simbolismo: Los diseños geométricos, colores vivos y patrones repetitivos que decoraban las alforjas a menudo traían un significado profundo. Cada motivo podía evocar elementos naturales (montañas, ríos, estrellas) o representar historias y creencias heredadas a través de las generaciones. 

De esta forma, cada pieza era un relato visual, una forma de conservar la memoria colectiva sin palabras.

La tradición oral y la identidad colectiva

Como muchas sociedades nómadas, los Qashqai dependían fuertemente de la tradición oral para preservar su patrimonio. Los cuentos, canciones y proverbios pasaban de generación en generación, reforzando un sentimiento de comunidad y pertenencia. Esto también se reflejaba en el arte textil

Tejer una alforja no era sólo un acto manual, sino un proceso íntimo, en el que cada hilo evocaba una historia.

Las mujeres, principalmente responsables del tejido, incorporaban símbolos secretos y patrones propios, haciendo de cada prenda una especie de diario personal.

Estas alforjas cuentan historias de amor por la tierra, de resistencia, de arraigo. Cada uno de sus motivos, de sus colores, trae un mensaje antiguo. Y al mismo tiempo, son muy actuales, porque nos hablan de cuidar, hacer a mano, poner conciencia en lo que hacemos.

La vinculación con estas culturas

Me cautiva su relación con el territorio, la belleza práctica de sus objetos, y esa sabiduría que se transmite sin prisa, con hilos, con gestos, con silencios. Me parece una forma de estar en el mundo que hay que escuchar.

Despertó mi curiosidad por ese entorno la lectura de Isabelle Eberhardt, escritora y exploradora suiza, fundamental en este proceso creativo. Su vida nómada, su conversión al islam, su inmersión en la cultura beduina y su decisión de vivir bajo una identidad masculina en el norte de África, me llevaron a reflexionar sobre las nociones de libertad, pertenencia, y desplazamiento. Sus escritos, profundos y poéticos, revelan una mirada íntima hacia las comunidades del desierto y sus paisajes, los cuales resonaron poderosamente con el imaginario que deseaba construir en Desert.

También las biografías de las llamadas “damas de oriente”, relatadas excelentemente por Cristina Morató, como lady Mary Montagu, la primera occidental en acceder al interior de los harenes otomanos, la excéntrica lady Hester Stanhope, lady Jane Digby, que vivió una apasionada historia de amor con un jefe beduino, Gertrude Bell, que ayudó a trazar las fronteras del actual Irak, Freya Stark y la famosa escritora de novelas policíacas Agatha Christie, son claves para la creación del proyecto RUGS, al que pertenece la instalación Desert.

Roland Barthes, crítico, teórico literario, semiólogo y filósofo estructuralista francés, me dió algunas claves para entender la fascinación por este Oriente, pues él lo define como lo que es “otra cosa” con respecto a Occidente. Es lo que experimentaría el viajero o el residente occidental en Oriente, y de ahí la ocasión, para la fantasía, el deseo y la deriva. Sería lo que explora, y destaca, la exterioridad, y la contraposición, con respecto a Occidente. Oriente, el “otro” de Occidente, por la ausencia de constricción, la carencia  de obligaciones, la exención de cargas.

Finalmente el simbolismo de la lana blanca representaría el futuro. Vendría a ser como un lienzo virgen. Una promesa. No hay todavía historia tejida en ella, pero está llena de posibilidades. Es como decir: tenemos la materia, ahora toca imaginar de nuevo cómo queremos vivir, qué queremos crear, qué nuevas memorias escribiremos.

Desert es este espacio en medio, donde puedes sentarte un rato y preguntarte: ¿y si volviéramos a empezar desde aquí?

Me gustaría que el visitante se quedara con una sensación de calma. De haber conectado con algo más profundo. Que recordáramos que lo antiguo puede ser semilla de futuro. Y que, en el fondo, todos estamos tejiendo algo con nuestra forma de vivir.

QASHQAI
Cultura nómada, tribu, rutas por los montes Zagros

Los Qashqai son un pueblo nómada originario del suroeste de Irán, principalmente establecido en los montes Zagros, una cadena montañosa que se extiende desde el noroeste del país hasta las tierras del sur.

A lo largo de los siglos, han seguido rutas migratorias estacionales (trashumancia) moviéndose entre los pastos de verano en las montañas y las tierras más cálidas en invierno. Este constante desplazamiento no era sólo una necesidad práctica para la subsistencia del ganado, sino también una forma de vida arraigada en el equilibrio con la naturaleza.

La relación íntima con el territorio:

Para los Qashqai, el territorio no era sólo un espacio físico, sino una parte viva de su identidad. Conocían cada paso de las montañas Zagros: las rutas más seguras, las fuentes de agua escondidas, los ritmos cambiantes de las estaciones. Este vínculo profundo con la tierra se expresaba en la forma en que escogían los materiales para sus creaciones. La fibra provenía de sus propias ovejas, cabras y camellos, teñida con pigmentos naturales extraídos de plantas, raíces y minerales. Cada objeto artesanal era, por tanto, un testimonio vivo de esta relación cíclica entre la naturaleza y la cultura.

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Desert es una instalación que traza un diálogo sutil y profundo entre el tiempo y el silencio, entre la memoria y el futuro. Una línea invisible que une dos horizontes: el pasado, arraigado en la tierra y lleno de historia y simbolismo, reflejado en los restos de una antigua alforja de las tribus Qashqai, aquellos nómadas que surcaban los caminos pedregosos de los montes Zagros, desde el Cáucaso hasta el sur de Irán, ancestral tejida con hilos de tiempo, y el futuro, siempre incierto y expectante, como un lienzo blanco que espera, paciente, las palabras de una nueva historia.

Esta instalación invita a contemplar dos realidades hechas del mismo material, una fibra humilde y poderosa que habla de tradiciones casi olvidables y de posibilidades aún por descubrir. Por un lado, la materia antigua, marcada por el peso de los días y manos que la trabajaron, atestigua un pasado donde la funcionalidad era cultura y lenguaje y las texturas, poesía. Por otro lado, el mismo material se despliega como una promesa: un territorio virgen, blanco, desnudo, aún sin escritura, ofreciéndose a ser explorado, manipulado y reinventado.

En las últimas décadas, la lana parece haber perdido su sitio en el mundo moderno, relegada a las sombras de un progreso que a menudo olvida sus raíces. Sin embargo, hoy renace con una voz nueva y contundente, reivindicando su potencial creativo y sostenible. Desert nos recuerda que, entre las fibras del pasado y las posibilidades del futuro, existe un presente lleno de intenciones, donde el arte y la tradición se dan la mano para crear un espacio donde herencia e innovación bailan juntas.

Desert quiere ser algo más que una instalación; quiere proponer una meditación sobre el tiempo, como una invitación a redescubrir el valor de lo antiguo para proyectarse hacia un mundo lleno de infinitas posibilidades.

La mayoría de las fotografías son de Pau Pumarola
Desert
TORRE-GUINARDA

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